Tabú. Nuestro amor tabú. La amante que tuvimos y perdimos. Despedida eterna, demonio encapsulado, cría perdida. Fracaso de diálogo y de apuesta.

Objeto de decoración histérico y pulguiento que alteraba nuestra vida carcomiendo las paciencias y las tranquilidades. Tu cuerpo era una escultura móvil pero eras irritante para ser escenografía. Expulsabas municiones vomitivas y gigantescas que cortaban nuestras aspiraciones de pulcritud.

Chocolate Gris: te queríamos pero no nos servías. Nos equivocamos de objeto, tu carácter cuajaba de manera perfecta con tus ansiosos dueños, eras demasiado parecida a nosotros. No cabíamos cuatro así bajo el mismo techo. Lo siento, bonita, pero querías más y nosotros también. No podíamos darte nuestra ración de tilo y manzanilla.

Valija viva de nervios, no cabías en aquella casa enorme que no terminaba de derrumbarse y ni hablemos de la nueva casa de apariencia normal. No cabías, Chocolate Gris.

Tus patas no sabían acariciar, sí tus ojos, pero no alcanzaba. Cuando debías cuidarnos, tus gritos esquizofrénicos sólo asustaban. Eras una guardiana peligrosa, en todo sentido.

Te amábamos tanto, Chocolate Gris. Pero eras caballo y loca desafortunada de lengua gruesa de terciopelo. Y el galope de tu vida no nos dejaba dormir. Y éramos muchos que alimentar. Y nos brotabas en cada puerta, en cada despedida. Tu terquedad desataba toda la ira y a cambio recibiste todo el no-cuidado que te pudimos dar. No pudimos, Chocolate Gris, no pudimos complacer el histérico engranaje de tus genes.

Y un día abrimos la puerta y dejamos que te fueras al sol con otros. Sabiendo que no era el fin ni el comienzo. Sabiendo que no te íbamos a poder nombrar, que te derretirías en nuestros recuerdos, en nuestros deseos, llevándote el chocolate a otro lado, dejándonos en gris.

No pudimos mirarnos cuando te ibas en el asiento de atrás de aquel auto. No pudimos visitarte ni conocer tu cama ni tus nuevos olores ni tu salud. Somos seres crueles: ni tiempo de verte de nuevo te hemos devuelto. Lo sentimos tanto, Chocolate Gris. Nunca pudimos desearte el bien sin nosotros.

Envía tu Comentario

15 Comentarios